martes, 21 de agosto de 2018

Internet de las Cosas...


Muchos hablan de Tecnología, pero... sabemos o entendemos lo que realmente pasa detrás de cada dispositivo, (líneas de código, energía, saberes, información, datos, etc.)

La transformación digital de un proyecto comercial ya es un salto adelante en la concepción empresarial pero el Internet de las Cosas (Internet of Things o IoT, en inglés) sube el nivel y supone un hito destinado a cambiar la sociedad

Es verdad que el usuario difícilmente es consciente de todo lo que conlleva pero hay que desterrar la idea de ciencia-ficción: esta tecnología ya está entre nosotros y ha llegado para quedarse.


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Aunque la tecnología implicada en el proceso es muy avanzada, entender qué es el Internet de las Cosas es muy sencillo. Se basa en la conexión permanente de los objetos cotidianos entre sí y con la nube, donde 'depositan' la información y los datos relevantes que recogen de su entorno para su análisis posterior.




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La información es la clave, el corazón de esta tecnología. Su potencial es casi infinito ya que todo puede ser medido. La cantidad de datos generados es inmensa y está en permanente crecimiento, de ahí que la conectividad deba acompañar y permitir que el denominado "Camino del IoT" sea ágil, dinámico y por supuesto, seguro.


En ellas el Internet de las Cosas se aprovecha para medir ciertos parámetros externos (ya sea temperatura, energía, actividad, luz, humedad, errores, etc.), de forma automática y sin la interacción del ser humano. Y que esos datos viajen a un centro de procesamiento para que se tomen las decisiones adecuadas en tiempo real. 


Por ejemplo, son muchas las ciudades que están implementando redes de sensores en multitud de puntos como alarmas, semáforos, alcantarillas, vehículos, alumbrado... y hay mejoras interesantes que se espera conseguir, como la cuantificación de los peatones que pasan por un determinado cruce para optimizar automáticamente el tráfico en esa zona.